A Sir Patrick Lyon, tercer conde de Strathmore y propietario del
castillo de Glamis, le gustaba contar una anécdota muy peculiar: Decía el conde
que una noche de sábado en la que estaba jugando a las cartas con su amigo el
conde de Crawford, un criado osó advertirle de que se acercaba el sabbath.
Enfadado por la interrupción, el conde Patrick respondió que
seguirían jugando y que si el demonio deseaba unirse a ellos sería bien
recibido. A medianoche el demonio en persona se presentó en la sala dispuesto a
aceptar la invitación. Jugaron una larga partida en el transcurso de la cual
los dos condes perdieron su alma, quedando condenados a pasar en aquella
habitación desde el día de su muerte hasta el Juicio Final jugando a las cartas.
Esta historia siempre ponía los pelos de punta al interlocutor del
conde, acrecentando su aura de jugador borracho y disoluto, y, sobre todo, la
secular fama del castillo de Glamis como lugar maldito.
Situado en el valle de Strathmore, en Tayside, Escocia, el
castillo de Glamis pertenece a la familia Lyon desde 1372. La primera noticia
de su existencia data de 1034, año en el cual el rey Malcolm II fue asesinado
entre sus muros por un grupo de rebeldes. Se dice que mientras huían en medio
de la noche, los asesinos se ahogaron en el cercano lago Forfar al quebrarse la
superficie helada de este. Algunos afirman que es con el asesinato del rey
cuando comienza la historia sobrenatural del castillo. Otros sitúan su inicio
en 1372, con la llegada de la familia Lyon desde Forteviot, pues los Lyon
habrían traído con ellos un cáliz acerca del cual se decía que si abandonaba
alguna vez Forteviot acarrearía la desgracia sobre la familia.
De ser cierto, la maldición del cáliz tardaría aún 150 años en
manifestarse. En 1538 Janet Douglas, Lady Glamis por matrimonio, era
injustamente condenada a morir en la hoguera, bajo la acusación de emplear
artes brujeriles en contra del rey Jaime V. El castillo pasó a poder del rey,
hasta que a su muerte fue devuelto a los Lyon. Aseguran que desde entonces el
espectro de Lady Glamis es visto con frecuencia por sus pasillos bajo la forma
de una “dama blanca” o una “dama gris”.
Pero el de Lady Glamis no es el único fantasma que habita el
castillo. También han sido vistos una anciana portando un fardo, un hombre de
barba canosa (supuestamente un antiguo prisionero fallecido de hambre en el
sótano), un paje negro con ropajes a la manera del siglo XVII, un ser flaco al
cual se le llamó Jack el Corredor… Y el censo espectral no termina aquí.
En una ocasión, un huésped vio aparecer una cara pálida y ojerosa
al otro lado de la ventana de su habitación. El rostro desapareció como si algo
tirase de él, y entonces se escucharon unos chillidos horribles. Otros
huéspedes oían unos golpes en las paredes que no les dejaban dormir, y cuentan
que esto le sucedió también a lady Elizabeth Bowes-Lyon (futura Reina Madre de
la actual Isabel II de Inglaterra), quien pasó su infancia en el castillo.
En 1957 una pobre sirviente abandonó su trabajo aterrorizada
porque todas las noches escuchaba en la habitación contigua a la suya a Sir
Patrick y el conde Crawford, los jugadores de cartas, arrojar unos dados,
golpear el suelo con los pies y proferir terribles blasfemias.
Pero apariciones aparte, el mayor misterio del castillo es el
conocido como “el horror de Glamis”, un oscuro secreto familiar que cada conde
ha de transmitir al próximo cabeza de familia cuando este cumple 21 años. Los
rumores acerca del secreto comienzan a circular a finales del siglo XIX.
Según parece, Claude Bowes-Lyon, decimotercer conde, que murió en
1904, vivió toda su vida obsesionado por este tema. Dicen que a un amigo que le
preguntó por él le contestó: “Si te contara la verdadera naturaleza del secreto
te postrarías de rodillas y darías gracias a Dios de que no fuera el tuyo”.
Existen indicios de que el enigma está relacionado con una habitación oculta.
Tras encontrarla por accidente en 1880, un obrero fue rápidamente despachado
por el conde rumbo a Australia con una importante suma de dinero en el bolsillo.
En los años 20 un grupo de huéspedes intentó localizar la cámara
secreta, llegando a descubrir desde el exterior su ubicación aproximada, pero
el decimocuarto conde de Strathmore montó en cólera al enterarse y no pudieron
averiguar más.
Según la principal hipótesis, el secreto consistía en el hijo
deforme –si no abiertamente monstruoso– de uno de los condes, que habría vivido
recluido en aquella habitación, sobreviviendo a varias generaciones. Sin
embargo, esto no pasa de pura especulación, ya que el misterio continúa todavía
sin ser desvelado.
Estas son algunas, pues hay más, de las leyendas que se entretejen
en torno al castillo de Glamis, el cual merecería con justicia el título de
“Castillo más encantado de Escocia”.
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